Los resbalones, tropezones y caídas (STF) pueden ocurrir en cualquier lugar, y los hospitales no son una excepción. Ya sea en una sala de pacientes o en un quirófano, los STF son un riesgo potencialmente costoso y en gran medida evitable tanto para los pacientes como para el personal del hospital.
Las caídas son especialmente preocupantes en los pacientes mayores de 65 años, que constituyen la gran mayoría de los pacientes hospitalizados. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las caídas entre los adultos mayores son la principal causa de lesiones mortales y no mortales entre los mayores de 65 años. En 2014, 29 millones de estadounidenses de edad avanzada sufrieron una caída, y alrededor de 800.000 requirieron una estancia en el hospital. También existe el riesgo de que los pacientes se caigan mientras están en el hospital. La Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) calcula que entre 700.000 y 1 millón de pacientes hospitalizados sufren caídas cada año.
Cuando los pacientes resbalan, tropiezan o se caen en el hospital, hay implicaciones de reembolso. Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) clasifican la muerte o las lesiones graves provocadas por una caída durante la atención en un centro sanitario como un «evento nunca», lo que significa que no reembolsan los costes adicionales relacionados con las caídas. Y el coste no es insignificante. Según los CDC, el coste medio de una caída es de más de 30.000 dólares, y los costes médicos totales relacionados con las caídas se estiman en más de 50.000 millones de dólares. La investigación también ha demostrado que caerse una vez duplica las posibilidades de que una persona experimente otra caídaPor lo tanto, si un paciente ingresa en el hospital debido a una caída, las probabilidades de que se caiga durante su estancia en el hospital son aún mayores, lo que supone un mayor riesgo para el resultado y la experiencia del paciente, así como una carga para el personal del hospital que lo atiende.
Por suerte, combinando un esfuerzo concertado para seguir las directrices disponibles e incorporando el equipo y la formación adecuados para los clínicos, es posible reducir el número de caídas que sufren los pacientes.
Reducción de los STF de los pacientes
Los hospitales son lugares donde los pacientes vulnerables acuden para recibir la mejor y más segura atención posible. Los pacientes entran por muchas razones y, mientras están allí, hay que hacer todo lo posible para garantizar que se satisfagan sus necesidades y las expectativas de los reguladores.
Aunque los factores que contribuyen a las caídas son exclusivos de cada paciente, según un análisis de la base de datos de sucesos centinela de la Comisión Conjunta sobre caídas con lesiones, los factores más comunes que contribuyen a las caídas son:
- Evaluación inadecuada
- Fallos de comunicación
- Falta de cumplimiento de los protocolos y las prácticas de seguridad
- Orientación del personal, supervisión, niveles de personal o combinación de capacidades inadecuados
- Deficiencias en el entorno físico
- Falta de liderazgo
Existe una amplia investigación centrada en los esfuerzos de mejora de la calidad destinados a reducir el número de caídas en un hospital.
Según los organismos de acreditación e investigación del sector, como la Comisión Conjunta y la AHRQ, las mejores prácticas que deben seguir los hospitales para reducir las caídas y las lesiones relacionadas con ellas son las siguientes
- Concienciar ampliamente: La responsabilidad de identificar y controlar el riesgo de caídas en los pacientes no recae directamente en las enfermeras. Los hospitales deben utilizar un enfoque multidisciplinar para la intervención que incluya al personal clínico y no clínico en todos los niveles. Forme un equipo interdisciplinario de prevención de caídas y considere la posibilidad de nombrar a un patrocinador ejecutivo que esté facultado para garantizar la disponibilidad de equipos y recursos adecuados para preparar al personal del hospital para el éxito.
- Utilice herramientas y un enfoque adaptado: No todos los pacientes, incluidos los identificados como riesgo de caída, tienen las mismas necesidades. Por lo tanto, debe aplicarse un plan de atención individualizado que responda a los distintos factores de riesgo, necesidades y preferencias. Es importante que alguien realice una evaluación exhaustiva e individualizada del riesgo de caídas y lesiones de un paciente. También es una buena idea utilizar una herramienta estandarizada para identificar los factores de riesgo de caídas, como la escala de caídas de Morse, y tenerla integrada en la historia clínica electrónica del hospital, si es posible.
- Garantizar una formación adecuada: El mejor enfoque para prevenir las caídas empieza por tener la información adecuada. Para ello, asegúrese de que el personal ha recibido formación y conoce el mejor protocolo para prevenir los accidentes de tráfico y, si utiliza una herramienta como la escala de caídas de Morse, asegúrese de que está formado en ella. Si es posible, asegúrese de que la formación y la educación de los pacientes están estructuradas y provienen de los profesionales de la salud, en lugar de ser proporcionadas ad hoc.
- Disponga del equipo adecuado: Algunos STF pueden tener lugar debido a la presencia de líquido en el suelo o a una superficie del suelo generalmente resbaladiza. No basta con dar a los pacientes consejos sobre el calzado seguro. Proporcionarles un calzado seguro que tenga agarres puede ayudarles cuando se levanten y se muevan, ya sea por su cuenta o con la ayuda de un trabajador del hospital. Los equipos también pueden ayudar en la gestión de la continencia, ofreciendo asistencia frecuente en las rutinas de aseo. Disponer del equipo adecuado, como un inodoro, puede favorecer una mayor movilidad.
- Examine las prescripciones: Otra forma de reducir las caídas es mediante intervenciones clínicas, que pueden incluir la gestión de la medicación. Como parte de una evaluación, revise y, si es médicamente apropiado, considere la posibilidad de interrumpir la medicación asociada a un mayor riesgo de caídas, especialmente la medicación psicotrópica o delirógena.
- Ayudar a los pacientes a ayudarse a sí mismos: Al proporcionar un acceso temprano a los consejos médicos sobre la prevención de caídas, ayudas a la movilidad como bastones o andadores y, si se autoriza médicamente, ejercicios con un fisioterapeuta, el personal del hospital puede aumentar la confianza y la fuerza del paciente, lo que puede ayudar a prevenir futuras caídas.
- Llevar a cabo la gestión posterior a la caída: La caída de un paciente en un hospital puede proporcionar al personal una valiosa oportunidad de aprendizaje. Para aprender del incidente, reúna al personal de todos los niveles para discutir qué, cómo y por qué ocurrió la caída y qué medidas pueden tomarse en el futuro para prevenirla. Fomentar una cultura de denuncia abierta y honesta, de modo que el personal se sienta capacitado para presentar información. Analice los datos de las caídas y busque tendencias que puedan abordarse de forma proactiva.
Los STF y el personal de los hospitales
Los pacientes no son las únicas personas en los hospitales que corren el riesgo de sufrir un STF. Aunque el trabajo de los trabajadores sanitarios es proteger y cuidar a sus pacientes, ellos también están en peligro. Según la Oficina de Trabajo y Estadísticas, la tasa de incidencia de las lesiones con pérdida de días de trabajo como resultado de los STF en los hospitales fue un 90% mayor que la tasa media de todas las demás industrias privadas combinadas. Los STF son la segunda causa de lesiones con baja laboral en los hospitales.
La principal causa de los STF para el personal del hospital es la presencia de contaminantes como agua, grasa, fluidos corporales o alimentos en el suelo. Ya sea en una sala de pacientes o en un quirófano, un suelo resbaladizo supone un riesgo importante. Según los CDC, entre las medidas que pueden adoptar los hospitales para reducir los STF relacionados con los desechos en el suelo se incluyen:
- Disponga de un programa de limpieza establecido: Ponga el programa a disposición de todos los empleados y haga que incluya información sobre cómo ponerse en contacto con el personal de limpieza, dónde se encuentran las señales de suelo mojado y cómo colocarlas, y qué métodos de limpieza son adecuados para las distintas superficies.
- Conozca su entorno: Las diferentes áreas de los hospitales plantean diferentes riesgos de STF. Por ejemplo, los quirófanos presentan desafíos únicos para prevenir las FST, ya que hay mucho equipo, algunos de los cuales tienen cables, el espacio es limitado y hay presencia de una variedad de líquidos, incluyendo sangre, solución salina y aceites. Los STF en el quirófano pueden causar daños al paciente, interrumpir el procedimiento, contribuir a errores quirúrgicos o retrasar una cirugía, desbaratando el programa quirúrgico de ese quirófano.
- Asigne productos al medio ambiente: Cuando desarrolle un programa de reducción de STF para su hospital, tenga en cuenta elementos como las superficies de los suelos antideslizantes, el calzado antideslizante y el control de contaminantes para los derrames de líquidos. En el quirófano en concreto, considere productos como marcas de colores en los equipos que suponen un riesgo de tropiezo y alfombras antideslizantes. A la hora de elegir una alfombra antideslizante, asegúrese de que sea muy absorbente con una amplia gama de materiales. Además, busque soluciones que sean fáciles de limpiar y desechables, ya que eso ayudará a mitigar el riesgo de contaminación cruzada que es posible con un producto que se lava y se reutiliza.
Conclusión
Un programa integral de STF en un hospital es aquel que incluye educación, claridad, protocolo, trabajo en equipo, el equipo adecuado y medidas para la mejora continua. El cumplimiento de las medidas indicadas en este artículo ayudará a su hospital a iniciar o continuar el camino hacia un espacio más seguro tanto para los pacientes como para los responsables de su atención.