Cada año, millones de personas atraviesan las puertas de un hospital para convertirse en pacientes quirúrgicos. Para cada uno de esos procedimientos, hay un cuidadoso plan que incluye quién lo va a realizar, qué suministros se van a utilizar, dónde se va a realizar y durante cuánto tiempo. Los materiales tienen que ser reprocesados, esterilizados y empaquetados en conjuntos para que los equipos quirúrgicos puedan acceder fácilmente y con seguridad.
A pesar de la exhaustiva planificación de las cirugías, también se producen muchos residuos evitables. De hecho, el quirófano es uno de los mayores productores de residuos en una organización sanitaria, ya que se calcula que genera entre el 20 y el 30% de los residuos totales.1 Estos residuos suponen un coste anual de 15.000 millones de dólares.2
Cuando se trata de residuos de quirófano, hay dos tipos: de producto y operativos. Los residuos de productos abarcan cosas como materiales desechados que no se utilizan, artículos innecesarios que se empaquetan con artículos necesarios en juegos de instrumentos y artículos abiertos por error o en previsión de que se necesiten para un procedimiento. El despilfarro operativo se debe a la ineficacia de la comunicación y la coordinación y a las limitaciones de los recursos de suministro o de personal.
Estos tipos de despilfarro a menudo se agravan entre sí y provocan retrasos en las cirugías, lo que tiene efectos en cascada, como la acumulación de casos quirúrgicos, los errores de reserva y una programación ineficiente.
Por suerte, existen algunos métodos claros para aumentar la eficiencia y reducir los costes, al tiempo que se da prioridad a la seguridad de los pacientes:
- Ser más transparentes en cuanto a los costes: A veces, no se sabe lo que cuestan realmente los materiales, como los carros de transporte y los elementos de las tarjetas de configuración de los procedimientos. Considere la posibilidad de etiquetar los suministros con su coste, ya que podría hacer que la persona que los recoja se detenga antes de elegir su uso. También hay que pensar en dar información sobre los costes a los cirujanos sobre los materiales que solicitan. Dada la naturaleza competitiva de los cirujanos, la creación de una sana competencia para reducir el uso de material innecesario podría resultar beneficiosa.
- Mantener actualizadas las tarjetas de preferencias: las tarjetas de preferencias del cirujano son una poderosa herramienta que influye en todo, desde la compra de suministros hasta la configuración de los procedimientos en el quirófano. Si no están actualizados o son inexactos, pueden provocar un importante desperdicio de productos y operaciones, así como comprometer la seguridad de los pacientes. Por ejemplo, si falta un artículo y el circulador del quirófano tiene que salir para recuperarlo, no sólo se aparta a alguien del cuidado del paciente, sino que supone un riesgo de control de infecciones al abrir la puerta del quirófano a contaminantes externos.
- Apóyese en los datos: El seguimiento ineficaz es otra de las causas subyacentes más comunes del despilfarro en los quirófanos. Hay muchas herramientas de análisis disponibles que pueden capturar puntos de datos como el tiempo de la sala, la utilización de la sala, el tiempo de rotación y el volumen. Las herramientas pueden ejecutar informes de frecuencia, realizar evaluaciones de inventario y mostrar claramente el historial de compras. Los datos también pueden ayudar a señalar cualquier correlación entre el personal clínico o un procedimiento y el uso de materiales excesivos, así como a identificar un problema de flujo de trabajo subyacente. Si puedes, hazlo también con gráficos para que puedas ver fácilmente los puntos de datos periféricos.
- Fomentar las líneas de comunicación abiertas: Incluso en condiciones óptimas, siempre hay circunstancias imprevistas cuando se ejecuta un programa de quirófano de gran actividad que pueden interferir con una comunicación clara y proactiva. Las dos razones principales de los errores de comunicación durante los cuidados intraoperatorios estaban relacionadas con el equipo (36%) y con mantener a los miembros del equipo informados del progreso de una operación.3 Por ejemplo, si una intervención quirúrgica se prolonga en el tiempo, compartir esa información de forma generalizada y lo más cerca posible del tiempo real puede evitar que otro quirófano se prepare para una intervención demasiado pronto. Esto es importante porque ese retraso puede provocar múltiples cambios de sala, lo que podría inutilizar los materiales de la sala preparada.
- Tómate tiempo para observar: La observación es una herramienta mucho más eficaz de lo que parece. Puede resultar sorprendente lo que se aprende cuando se dedica tiempo a examinar metódicamente los pasos del proceso de preparación de un quirófano para la cirugía de forma cronológica, prestando atención a cosas como quién realiza las tareas y si es la persona adecuada. Por ejemplo, ¿es la persona adecuada la que recoge los materiales para el procedimiento o prepara el quirófano?
Conclusión
Dado que los hospitales y los centros sanitarios operan en un entorno en el que los modelos de reembolso están cambiando y cada vez están más ligados a los resultados de los pacientes, la dirección de los servicios quirúrgicos está prestando más atención a los posibles ahorros de costes que no comprometen la seguridad de los pacientes. Adoptar un enfoque medido, basado en la observación, la comunicación sólida, la transparencia de los costes y los datos, puede ayudar a reducir los residuos de los quirófanos y garantizar que su centro pueda seguir prestando una atención segura y de alta calidad a sus pacientes.
Fuentes
- Axelrod D, Bell C, Feldman J y otros. Envejecimiento del quirófano y del área perioperatoria: Sostenibilidad medioambiental para la práctica de la anestesia. Sociedad Americana de Anestesiólogos; 2017
- Peregrin T. Estrategias para la sostenibilidad: ser ecológico en el quirófano. Colegio Americano de Cirujanos. Mayo de 2015. http://bulletin.facs.org/2015/05/strategies-for-sustainability-going-green-in-the-or/ Consultado el 18 de enero de 2019
- Halverson et al, Communication failure in the operating room, Surgery. 2011 Mar;149(3):305-10. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20951399